Cuando reviso las planificaciones anuales de mis alumnas, año tras año hay una sensación que se repite. Siempre.Es muy muy habitual.
Cuando por fin te paras y haces un análisis, cosa que no suele hacer la mayoría, te pones cara a cara con tu realidad.
Para bien o para mal.
Y esta realidad, lo que eres, lo que tienes, tus sueños, tus esperanzas, tus objetivos, ponerlo en un papel y tenerlo frente a ti, puede abrumar.
Porque no es lo mismo tenerlo dando vueltas en tu cabeza que tenerlo frente a ti, haber puesto nombre y apellidos a lo que quieres y a cómo lo quieres, y sentir la responsabilidad de que conseguirlo está en tus manos.
Que ya no puedes poner excusas ni echar balones fuera.
La responsabilidad, es tuya.
Y esto es muchas veces abrumador.
Y te preguntas ¿por dónde empiezo?
¿Voy a poder abordarlo?
¿No será mucho para mí?
Y el resultado más habitual es el bloqueo, la parálisis, el agobio.
Por eso hoy quiero darte mis herramientas, las que yo uso en los momentos en los que me viene esta sensación, que a mí también me pasa, para darle la vuelta, hacerme más fuerte y ponerme a trabajar con más energía.
¿Quieres eliminar tus bloqueos y construir la farmacia de tus sueños?
Este capítulo te interesa.
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